lunes, abril 5

Semana Santa en el cielo


Martes

Fran pasó a buscarme por la mañana. Nada más subir al coche me pidió que le contara todo. Casi me sonrojo, pero le conté cada detalle, cada gesto, cada orgasmo con Penélope esa noche de viernes y de cómo el sábado me apetecía estar sola y descansar. El también sonreía divertido pero no me preguntaba nada. Al acabar de contarle mi sábado me preguntó por mi domingo… y mientras yo le contaba cómo había jugado conmigo misma, de cierto aparato curiosísimo que había comprado en un sex-shop cercano a casa, comencé a tocarlo. Hasta me atreví a bajarle la cremallera.

Fran desaceleró y se dejó hacer entre relatos y succiones. Entre paradas y lengua pincelando; pintó mi cara de blanco.

Comimos cerca de la playa. Llovía. La siesta aconteció entre suspiros, gemidos y mucho morbo. Yo esperaba el relato de su fin de semana con ansias, pero serena.

Martes noche

Nos sentamos solos al lado de la gran chimenea del salón de la casa rural donde estábamos. Eran más de la 1. Habíamos cenado en el puerto.

Nos sentamos abrazados y Fran comenzó su relato:

Quieres que te sea sincero, duro, explícito, o prefieres que camufle lo duro del relato con palabras suaves…” Mi mirada le contestó.

“Fui a la casa de Luis donde me encontraría con él y su hermano. Luego vendrían tres tías de infarto, según Luis para los tres. Matías nunca apareció, así que nos encontramos con tres tías efectivamente de infarto y con muchas ganas de juerga. Luis se fue con una de las dos rubias a su habitación, así que las otras dos y yo nos quedamos en el salón.

Les pedí que se desnudaran solitas, quería verlas en acción. Luego les dije que quería que se la montaran entre las dos mientras yo miraba. Me gustó, Anny, no puedo mentirte, me encantó ver a las dos tías tocándose, frotándose, besándose. Y aunque ahora piense que me hubiese encantado que una de ellas fueras tú, en ese momento ni me acordé de ti, cielo. Es apasionante ver a dos mujeres en una cama. Una acariciaba a la otra con esa dulzura que solo dos mujeres se saben dar mientras la otra deslizaba su lengua por todo su cuerpo. Después, manos acariciando, lenguas lamiendo, brazos y piernas entreverados en un amasijo imposible. Posturas incómodas, orgasmos, gemidos… No deseo entrar más en detalles. Prefiero hacértelo ahora, dibujarte en la piel mi infidelidad con dos mujeres que no significaron nada más que un inmenso placer que un día espero compartir contigo algún día.”

Subimos a la habitación y cumplió con lo que yo también quería: que me dibujase en el cuerpo su infidelidad consentida. Que desgarrase de mi gritos de placer. Hacer el amor sin vergüenzas, sin tapujos, sin mentiras. Que me hiciera el amor recordando el sexo que había tenido con otras...

4 Sensuales comentarios:

free_sw dijo...

Nada mas sensual y caliente que un amor sin barreras, sin mentiras.
!Envidia,pero de la buena eh!

Anónimo dijo...

carreteras ardientes en tus curvas me quedo sin frenos!!!

Saludos Anny!

Anónimo dijo...

Eres pura sensualidad, y me da que sexo salvaje, tendre que leerme todo tu blog nena, me has dejado electrizado

Saludos

Anónimo dijo...

muy excitante es contarse cosas que nos han sucedido, sabiendo que solo nos amamos nosotros, que lo otro es carton pintado...besos!!!