lunes, mayo 17

A ritmo de bolero


Su historia con Isabel acabó allí. Me niego rotundamente a preguntarme si le hubiese gustado tener sexo con ella qué hubiese pasado. Las noches sucesivas se quedó a dormir en mi casa hasta el fin de semana. Ese viernes mientras yo preparaba la mesa para cenar, me abrazó por la espalda y acarició mis pechos sobre la seda de mi camisón. Siempre nos ha excitado el roce de la seda sobre la piel. Deslizó sus manos bajo la fina tela dejando mis pechos desnudos. Una mano acariciaba casi apenas rozando mis pezones erguidos mientras la otra bajaba a mi sexo y más que húmedo. La levedad de su tacto aumentaba mis ansias pero me contuve de girarme y de tocarlo, solo me dejaba llevar como en una danza palpitante con olor a sexo a ritmo de bolero

1 Sensuales comentarios:

Anónimo dijo...

muy sensual tu danza...besos!!!